La realidad virtual es tendencia, y ha llegado para quedarse.
El uso de herramientas tecnológicas que permitan recrear una realidad ha comenzado a hacerse cada vez más patente dentro del sector del interiorismo y el diseño y fabricación de muebles. Y esta tendencia cada vez más en auge no es casual. Lo cierto es que la realidad virtual nos permite trasladarnos al lugar y ambiente que deseamos, o nos acerca a la realidad algo que no está ahí. Traer el futuro de un espacio, al presente inmediato. ¿Magia? No, tecnología.
En este sentido habría que diferenciar entre dos conceptos: realidad aumentada y realidad virtual.
La diferencia entre ambas, es que en la realidad aumentada se toma la realidad tal como es y se le añaden elementos virtuales para interactuar con ellos. Un ejemplo muy gráfico sobre esto sería el conocido juego de Pokemon. Básicamente, la realidad aumentada actúa sobre un único sentido, la vista.
En cambio, la realidad virtual es una inmersión total en un entorno que permite visualizar, desplazarse dentro de la escena y gracias a los cascos escuchar los sonidos. Mediante los mandos se pueden simular vibraciones; con lo cual el sentido principal activado es la vista, pero también el oído y en cierto modo, el tacto.
Una evolución lógica
Hasta ahora los renders permitían simular la realidad, sin tener que crear todo un entorno con toda la decoración, muebles, etc, y con el coste que ello supone. Muchos de los softwares de diseño que existen en el mercado permiten también dibujar fácilmente una escena y con un catálogo de texturas de muebles, hacer un render que se recalcula a partir de la imagen del software con calidad fotorrealista. A medida que han ido pasando los años se han ido mejorando muchísimo hasta ser prácticamente imposible distinguir una foto virtual de una foto real.
La solución de los Renders seguía sin satisfacer la necesidad de poder desplazarse dentro de cada proyecto porque en una imagen fija, ¿Cómo hacemos para ver qué hay del otro lado de la cocina o el salón? Le faltaba además una cuarta dimensión, y es poder pasear, poder sentirte participe de donde estás, de ese espacio.
Para dar solución a este punto, Teowin innova proponiendo un rénder dinámico que deja de ser una imagen, permitiéndote estar dentro de la escena, moverte, tener una calidad de textura extrema , ver cómo pasan las horas del día permitiendo ver la luminosidad tal como quedaría en el proyecto: con luz noche, de mañana, del mediodía. Esto es una gran mejoría: interacción con los elementos; se convierte en una foto dinámica.
Y entonces, el salto a la realidad virtual…
Con una interfaz gráfica suficientemente potente para reproducir la realidad, y gracias a la llegada de la tecnología, que ha permitido que fuese posible construir una herramienta que permita, no solamente ver un render en movimiento, sino estar dentro del render, gracias a las gafas.
Una verdadera revolución que sin duda transformará la forma de vender de varias industrias, pues permite tener una cantidad ilimitada de showrooms, de proyectos, listos para ser visualizados cuando se desee, hacer cambios de color automáticos sin tener que recalcular, ya que tiene en memoria los diferentes colores y texturas posibles; simular que estás dentro, interactuando con los elementos, usando tus manos para abrir los cajones, el grifo… sentir la vibración en tus manos al interactuar con los elementos. Es decir, se recrea la realidad a partir de lo virtual.
Teolive VR , permite que puedas andar en esa escena, con lo cual las posibilidades son infinitas. Mostrar a tu cliente de qué manera se adapta ese espacio a sus necesidades; si los muebles son muy altos o muy bajos; si hay espacios entre un armario y una columna que permita el movimiento… son algunas de las experiencias que solo pueden conseguirse gracias a la realidad virtual.
Recreando espacios virtuales: ambientes y experiencia de usuario como claves de venta
Sólo se necesitan un ordenador y un dispositivo para comenzar a vivir esta experiencia. Las gafas de realidad virtual, se conectan al ordenador, y también así el dispositivo, que viene con sensores colocados para que cuando el usuario esté en un espacio delimitado, no se choque. Es importante prever un espacio que permita al usuario tener una libertad de movimiento suficiente como para desplazarse dentro de una escena. Los captores permiten saber dónde está en cada momento, gracias a una instalación muy simple de calibrado que facilita cuadrar el espacio virtual con el espacio real. En una primer momento, la experiencia puede resultar confusa ya que la simulación es perfecta. El cuerpo acompaña a cada movimiento y acción y llegamos a olvidar que uno se encuentra en una habitación diferente, real, comienzas a sumergirte en este nuevo entorno. A primera vista, uno se da cuenta de que este es un espacio virtual, pero inmediatamente se corrige la sensación y rápidamente se aceptan las reglas del juego. Uno acaba sintiendo que se encuentra en una cocina o un cuarto de baño rela, donde podemos abrira el cajón para mirar dentro, activar las placas vitrocerámicas y observar el agua, que empieza a hervir en la olla, mientras se enciende el extractor para descargar el vapor. Todos los sonidos ambientales se reproducen fielmente a cada acción, lo que aporta aún máas realismo al conjunto. Podemos también cambiar los colores de las paredes, cajones… El conocido mareo que suele producir la realidad virtual nunca se llega a notar porque el cuerpo se desplaza en el espacio al miso tiempo que la imagen, lo que evita cualquier molestia. El experimento tiene éxito cuando el cliente quiere poner sus válvulas reguladoras sobre la superficie de trabajo delante de él y el vendedor debe tomarlas rápidamente de sus manos para evitar que caigan.
La increíble versatilidad de esta tecnología permite que sea perfectamente apta para, por ejemplo, la oficina técnica en una fábrica de cocinas, permitiéndole construirse prototipos y crear instalaciones que le permitan visualizar cómo sería la experiencia de usuario, que es precisamente lo que se privilegia en una cocina. También sucede que la forma de tratar la cocina ha cambiado. La cocina en los últimos años ha pasado de estar en un cuarto a parte a mostrarse abiertamente, cobrando más que nunca una gran importancia el diseño. Cocina y salón conviven a menudo en espacios abiertos, siendo de gran importancia en este caso tener una idea exacta del resultado final.
También será una herramienta imprescindible tanto para los vendedores y tiendas de muebles como para interioristas y arquitectos, que podrán representar y enseñar a su cliente el resultado final de su proyecto. Es un paso más que permite acercar cada vez más el cierre de la compra, la aceptación del proyecto. Esto beneficia a todos los actores que trabajan con el mueble, ya sean diseñadores, arquitectos, fabricantes. Esto es una oportunidad única para crear un showroom virtual donde, con muy poco espacio se puedan hacer múltiples propuestas a la vez, llegando a tener infinitas combinaciones posibles.
Es el showroom del futuro. Y esto es sólo un primer paso, ya que es una tecnología que está destinada a seguir mejorando.
El objetivo para el día de mañana será mejorar aún más los ambientes, la luz, las texturas; esto vendrá de la mano de los dispositivos, porque las gafas todavía tienen que mejorar como dispositivo. Serán la misma tecnología y la evolución del mercado quienes lo dicten, pero sea como sea Teowin buscará siempre posicionarse en lo más puntero de la innovación tecnológica con el objetivo final de conseguir integrar lo real y lo virtual en beneficio del sector del mueble y el interiorismo.